Un caso común es el de las palabras 'solo' y 'sólo'. Observa estos ejemplos:
Él fue solo a la panadería.
Él fue sólo a la panadería.
En el primer ejemplo, el sujeto fue a la panadería sin compañía.
En el segundo ejemplo, el sujeto fue solamente a la panaderia. O sea, que no fue a ningún otro lugar.
Como puedes ver, ambas palabras tienen significados distintos, respectivamente. Y la única forma de indicar la diferencia entre ellas es colocando la tilde donde corresponde.
Ese es uno de los ejemplos más simples, que muestran la importancia de colocar tildes (acentos ortográficos) donde corresponden. Debemos intentar no ignorarlas, ni siquiera cuando escribimos el texto en mayúsculas. SIEMPRE HAY FORMA DE ESCRIBIR, EN LA COMPUTADORA, PALABRAS CON SU TILDE EN MAYÚSCULA.
'Como' no es lo mismo que 'cómo', ni 'donde' es lo mismo que 'dónde'; y aunque en muchas de las ocasiones podemos darnos cuenta, aún con errores, de lo que intentan explicarnos, es importante no dejar dudas.
Otra razón para la importancia de escribir la tilde es la pronunciación de la palabra
Sin embargo, tal parece que la Real Academia Española (RAE) cambió ciertas reglas hace unos cuantos años. Como no tengo ganas de repetir lo que ya está dicho, sugiero que veas este 'hilo' en el foro para discusiones sobre el español en WordReference.com: ¿Faltas ortográficas en el diccionario de la RAE?
Antes era obligatorio el utilizar la tilde para diferenciar entre palabras como 'solo'/'sólo', 'aquel'/'aquél', entre otras; pero la RAE ha decidido que ahora sólo es necesario cuando puede existir alguna ambiguedad. Es decir, cuando la función que realiza una palabra en la oración no es muy clara.
Lo que ocurre aquí, es que la mayoría de estas palabras conflictivas son llanas que no requieren tilde (no terminan en n, s o vocal, así que no llevan tilde en casos normales), salvo en las excepciones de las que siempre nos han hablado en la escuela. Tal vez el razonamiento de los que optaron por cambiar la regla es que, mientras menos tengamos que hacer estas excepciones y romper las reglas de acentuación ya determinadas, mejor para todos, en especial para los lectores. Sin embargo considero que re-educar a las personas que ya se han acostumbrado a la vieja regla, e informar a cada maestro o profesor del cambio, va a ser muy difícil.
Además, a veces la llamada ambiguedad puede ser relativa, y ese hecho es capaz de confundir a aquellos que intentan entender cuándo deben o no escribir la palabra con tilde. Frecuentemente, nos encontramos con unos que siguen la nueva regla, y otros que no la conocen o no están de acuerdo con ella, por lo que continúan practicando la antigua.
No me considero una experta en gramática y ortografía, pero me esmero por aprender y mejorar cada día, o como sea posible. Es por eso que, después de analizar el caso, me atrevo a opinar sobre el mismo.
El objetivo no es ser perfecto, sino aprender de los errores, y mejorar, siempre que haya cabida para ello. Si todos aprendiéramos a valorar el buen uso del lenguaje (en general), estoy segura de que nos entenderíamos unos a otros con mucha más claridad, y muchos de los conflictos que surgen a causa de malentendidos no existirían. De seguro seríamos aunque fuera un poquito más felices.
Si deseas comentar, adelante.
2 comentarios:
Jessica, es un honor para mí que seas seguidora de mis blogs que humildemente voy llenando poco a poco con mis pensamientos, tonterías y algunas aportaciones. Te animo a que sigas compartiendo tus conocimientos y reflexiones con los demás.
Un afectuoso abrazo, Violeta
Violeta, en serio estoy sorprendida de ver un comentario aquí, en este viejo espacio, pero también triste por no haberlo notado antes. Y aunque dos años tarde, quisiera agradecerte por descubrir este rinconcito y dejar un rastro, que también es un aliento para mí. Acabas de re-enseñarme una lección que había olvidado, y motivarme a continuar una vieja misión que había decidido abandonar hace tiempo. Una vez más, gracias, y que Dios te bendiga.
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